
Las prisiones, los centros penitenciarios y los controles de seguridad presentan a los responsables de seguridad una serie de problemas potenciales que pueden superarse utilizando los sistemas de rayos X de seguridad de LINEV Systems® para el escaneado corporal total y parcial. En todo el mundo se acepta que a menudo se introducen drogas, teléfonos móviles y armas de contrabando y que, una vez dentro, controlarlos es casi imposible.
El contrabando en los centros penitenciarios incluye artículos ilegales, como drogas, armas o artículos prohibidos en la zona vigilada, como teléfonos móviles y tarjetas sim. Los objetos pueden esconderse debajo de la lengua, en la cavidad anal y, si todo lo demás falla, en el estómago. El personal penitenciario debe ser capaz de detectar y confiscar rápidamente el contrabando para evitar el consumo de drogas, la violencia y la comisión de nuevos delitos.
El consumo de drogas está muy extendido, incluso en las prisiones de máxima seguridad, y algo menos de uno de cada tres presos afirma que es fácil conseguir drogas. Muchos reclusos también consumen drogas por primera vez en prisión. Por ejemplo, de los presos que han consumido heroína, uno de cada cinco afirma que empezó a consumir la droga dentro de la cárcel. Por eso es necesario instalar escáneres corporales para identificar drogas, armas, teléfonos móviles, tarjetas sim y explosivos que se introducen de contrabando en las cárceles. Los escáneres corporales de seguridad penitenciaria por rayos X pueden detectar si las personas introducen de contrabando artículos prohibidos bajo la ropa o en el interior de cavidades corporales. Muy a menudo, los escáneres corporales de rayos X de prisiones se utilizan para inspeccionar colchones con el fin de encontrar objetos prohibidos ocultos.
Más de 120 expertos en prisiones y reclusos constataron que a los presos, visitantes y funcionarios corruptos les resulta fácil introducir drogas o teléfonos móviles en prisión y que así ha sido durante décadas. Los registros están resultando ineficaces para identificar el contrabando: el año pasado los registros identificaron a menos de 100 visitantes que intentaban introducir drogas en prisión.
Hoy, sin embargo, los reclusos pueden pasar ahora por un escáner corporal de rayos X. Las drogas y las armas suponen un riesgo parcial en los entornos penitenciarios y correccionales. Los reclusos pueden utilizar teléfonos móviles para ayudar a introducir drogas y armas, organizar intentos de fuga u ordenar la comisión de delitos dentro o fuera de la prisión.